Un modelo pedagógico
El actor no se hace en las aulas, se hace en las tablas.
Esta premisa parece ser una pedrada contra nuestro propio tejado, porque somos una escuela de actuación y nuestro interés es albergar personas con la atracción para aprender a actuar.
Sin embargo, nuestra ética de trabajo profesional, el compromiso con el que enfrentamos la labor de la pedagogía nos empuja a la honestidad total y descarnada.
Hace pocos años descubrí, una tarde de clase, esta verdad y se la tuve que comunicar a mis estudiantes en un ejercicio de transparencia, que iba bien atado a otro de exigencia: Compañeros, yo no hago actores. En el mejor de los casos hago público especializado, les dije.
Así empezamos a pensar, desde la crisis, la creación de La Cantera del Estudio de Actores.
Todo centro de educación y formación artística, así como cualquier Universidad genera una brecha social cuando gradúa a sus estudiantes. La Universidad pública no tiene recursos para hacer que sus programas de prácticas vayan más allá que una sencilla experiencia que no profundiza lo suficiente en las dificultades y procesos del mundo laboral. La privada, ya sabemos: se rinde a los juegos del mercado.
A Puerta Cerrada, de Jean Paul Sartre. Dirección Nadinka Flores y Daniel Gudmundsson. Con Ana Lía Borja, Vanesa Trujillo y Pedro Andrés Sánchez.
Los centros artísticos, somos además productores de obra, centros de discusión del material intelectual del autor y centros de aprendizaje.
Reflexionando sobre ello, La Cantera del Estudio la hemos creado para compartir la responsabilidad con los estudiantes egresados y brindarles todo el apoyo que nuestra infraestructura y experiencia tienen para cohabitar procesos creativos que no están exentos de aprendizaje, pero que tienen que ver más con la experiencia en las tablas, en el trabajo teatral, que con el aprendizaje de construcción de personaje.
Seguramente una persona puede, con mucha impunidad, muchos años y algunos aliados y cómplices pararse en un escenario y decir que es un actor, y no tener formación. Desde luego que eso también lo convierte en actor.
Nosotros nos hacemos cargo de ser autocríticos y poner nuestros conocimientos en juego. Nosotros defendemos el aprendizaje.
